jueves, 14 de abril de 2011

TIEMPO Y ESPACIO, ELEMENTOS FUNDAMENTALES PARA EL ESTUDIO DE LA HISTORIA.


                        La contextualización de los sucesos históricos es elemento fundamental para el análisis de la situación histórica.

                        Al ubicarnos en un tiempo y un espacio se comprende mejor el suceso, las perspectivas de los actores, las características de la época que vivieron y los elementos geográficos que influyeron.

                        La geografía y la historia se entrelazan como ciencias complementarias en el sentido de que los aspectos geográficos en un suceso histórico determinan, en diversas ocasiones, el rumbo que éste tomará.

                        Un espacio geográfico logra determinar el progreso de la cultura y el sentido de sus producciones o hallazgos. Un ejemplo de ello lo encontramos en el asentamiento de los Egipcios a orillas del Río Nilo, propiciando el nacimiento de la cultura y al mismo tiempo ser el “foco de atención” de otras culturas y que buscaban expandirse en pueblos con características favorables para el empoderamiento de sus reinos. La distancia y la ubicación geográfica se convierten en elementos determinantes de la línea en que se desarrollará una cultura y las modificaciones que ésta podrá sufrir al introducir nuevos elementos a una cultura diferenciada.

                        El tiempo histórico influye de igual manera en los asentamientos humanos: la calidad de la tierra en esa determinada época, las invasiones extranjeras y la influencia que ejerciera en determinada cultura, la situación mundial de la época en que se ubican, la ideología predominante de acuerdo al desarrollo de los tiempos y sus determinantes en el desarrollo tecnológico, etc.

                        Las coincidencias y divergencias espacio-temporales que se presentan en las diferentes culturas del mundo, en las diferentes épocas y las interacciones entre ellas, determinan el rumbo de la historia.

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